jueves, 15 de septiembre de 2011

ESPACIO RECICLADO



Libre y ocupado. Asientos en un cine, un autobús, un restaurante…ocupantes o soledades en ellos, conversaciones, vivencias. Personas que coinciden en un mismo espacio en tiempos distintos, un cruce desapercibido más en la ciudad que comparten. Realidad dúctil, el espacio, reciclable en una historia infinita y casi siempre desconocida de ocupaciones. Los solares de una ciudad comparten también, con tiempos diferentes, esta condición de ocupación periódica. El solar, hecho de sol y suelo, sin edificación que lo ocupe, palabra con significado asimétrico pero comunicante. Hay solares históricos y también espacios ocupados por edificios históricos que no recuerdan la última vez que fueron solares.

Los edificios ocupan por turnos la ciudad, y se suceden unos a otros transmitiéndose pautas generales de construcción, dimensiones adecuadas al lugar, soluciones estructurales… De algún modo, las características que definen su tipología son a la arquitectura lo que los genes son a la vida: patrones de desarrollo concretos, que no obstante generan un conjunto de ejemplos siempre diferentes. La casa-patio define un tipo de casa y de habitar, vinculado a una estructura introvertida de vivienda, sin entrar en detalle sobre la forma del patio. Tipología y parcelario son significados entrelazados, y la variación del parcelario histórico indica claramente el promotor y anticipa el resultado inmobiliario: un parcelario que se atomiza muestra un tejido residencial autogestionado por residentes, que subdividen sus propiedades manteniendo rasgos comunes. Por el contrario, la colección y agrupación de pequeñas parcelas para formar una mayor, muestra una promoción externa, con un cambio probable de tipología edificatoria. Cambio de linaje.

El entorno de San Felipe Neri, o la zona desde calle Carretería al río, sufren de osteoporosis urbana, llenándose de solares y confusión tipológica. Igual que la silla peor no la ocupa nadie, los solares eternos suelen indicar su incomodidad o imposibilidad promotora, bien por problemas internos de propiedad, o externos motivados por una normativa inadecuada pero consolidada. Cuando no hay reciclaje espacial es porque el lugar es, o muy bueno, o muy malo. Para romper la inercia del segundo caso se necesita flexibilizar una normativa que actualmente asocia erróneamente los criterios de calidad espacial a dimensiones y números, olvidando que lo bueno no siempre es cuantificable.

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