miércoles, 2 de mayo de 2012

LA CIUDAD DE LOS MIL HEMISFERIOS



Parece ser que cuando la Naturaleza sintetizó animales, homo sapiens incluido, con cerebros divididos en dos hemisferios se debió a la circunstancia de que gracias a los pensamientos elaborados en ellos, desde los más básicos e instintivos, hasta los más elaborados y abstractos, el grado de supervivencia del animal con dos cerebros era mayor. Y esto era así, porque frente a decisiones impulsivas, el diálogo interno generado en la determinación de nuevas acciones era fundamental en la elección a tomar, en su sensatez y provecho. El desacuerdo entre los hemisferios de cada cual finalmente desembocaba en una conclusión con la que pasar a la acción. Y con la acción culminaba la reflexión.

Una ciudad es un supraorganismo con una complejísima red de ideas y pensamientos. Algunos de ellos propician debates y se incorporan a reflexiones de las que en algunos casos surgirán conclusiones y en el mejor de los casos acciones. Los debates, las polémicas ciudadanas, son la exteriorización del pensamiento de una ciudad, de su fase previa de desacuerdo, cuyo objetivo es el acuerdo; no alcanzarlo es una involución, el estancamiento de la deseable fluidez del devenir urbano.

Probablemente lo más difícil en una ciudad, en mitad del ruido estéril del choque de sus múltiples desacuerdos, sea mantener la coherencia de los pasos dados. Multitud de ejemplos muestran este desencuentro de propósitos y reflexiones eternas: Los Baños del Carmen que no lo son, el recién inaugurado Muelle dos, elogiado acercamiento del puerto con la ciudad y el incomprensible paso atrás que supondrá aumentar los carriles de tráfico del Paseo de los Curas (con ellos, la histórica valla será una anécdota). No aprendemos de la Alameda que dejó de serlo. El Paseo Marítimo de Levante no consigue serlo al estrangularse en los Baños del Carmen. La peatonalización del Centro Histórico liberó del coche el espacio público, recuperándolo para su uso ciudadano. Actualmente una gravosa proliferación de mobiliario: mesas, sillas, vallados, papeleras, paneles, macetones, etc…, arriesgan los logros. El Astoria se une a este vaivén, pudiendo canalizar la fuerza creativa vacante existente en Málaga. Se necesita, más que nunca, la fluidez de un pensamiento coordinado, con el que juntos seguir construyendo ciudad. Concertadamente.

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