viernes, 3 de agosto de 2012

EL LUGAR DE LOS GRANDES PROYECTOS



Materia, forma y voluntad. Decía Ibn Gabirol, poeta-filósofo malagueño del siglo X, que la materia toma su forma a través de la voluntad. O lo que es lo mismo: que la realidad acaba siendo lo que tiene que ser animada por una voluntad organizadora que le da sentido. En lo metafísico la materia somos nosotros y la voluntad es La Voluntad; en lo mundano la materia es lo que nos rodea y nosotros somos la voluntad. Todo cobra su forma gracias a los esfuerzos organizados y sensibles de sociedades capaces de ver lo que las cosas pueden llegar a ser y capaces de mantener el afán de sus ilusiones para ayudar a que esa naturaleza potencial de las cosas suceda.

La arquitectura es un esfuerzo mantenido por la convicción de que se puede mejorar la verdad de la realidad física y social existente. En la gran escala las decisiones tendrán mayor repercusión al alcanzar a un mayor número de ciudadanos. Las ciudades suelen mostrarse desnudas en este terreno con grandes proyectos que describen sus ilusiones. Málaga tiene gran capacidad de ilusionamiento. Abundan los grandes proyectos: la regeneración del Guadalmedina, la recuperación peatonal de la Alameda, la existencia de un verdadero Parque en el centro de la ciudad (las dos tiras de palmeras con seis carriles rodados no cuentan), la rehabilitación de los Baños del Carmen, la integración del Puerto con la Ciudad (en riesgo con el «Corredor de los Curas»), el Auditorio, el Parque Metropolitano en el Campamento Benítez, la Marina o Ciudad Deportiva o Reserva Natural de Arraijanal, las nuevas centralidades: Martiricos, REPSOL, el SOHO...

José Antonio Marina se pregunta en «el Misterio de la Voluntad Perdida" por qué una vez decididos los objetivos, la voluntad, «potencia del alma», no consigue pasar a la acción. Málaga observa impasible el burbujeo constante, espumoso, con olor a mar, de los grandes proyectos que mantienen las ilusiones en vilo durante años y años de acuerdos y desacuerdos políticos, administrativos y financieros. El mundo cambiante de la moda ha calado hasta en los grandes proyectos, que se dicen y desdicen, que se dibujan y desdibujan mientras todos bailamos alegres por el fantástico potencial de nuestro futuro. Ya lo dijo Lipovetsky...

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