jueves, 24 de enero de 2013

EL CRECIMIENTO DEL VACÍO



La ciudad como cualquier hábitat animal trae consigo con el cambio de las condiciones originales la aparición de formas nuevas. Tras un periodo regresivo continuado en las ciudades destacan nuevos fenómenos urbanos: solares sin construir históricos, edificios-esqueleto congelados en su estructura, o acabados «sin entregar» que acaban fagocitados. Las reglas urbanas cambian porque la lógica de la ciudad no es la misma. Y así, el mantenimiento de ciertos cánones de gestión urbana empieza a evidenciar ineficacia, mostrando cierta inadaptación administrativa a la nueva realidad, falta de reacción y respuestas a los cambios de dinámica de la ciudad.
Málaga tiene un parque de edificios vacíos, algunos de última generación, que no llegaron a entregarse legalmente y que empiezan a «okuparse» generando edificios-gheto con comunidades marginales. Cáscaras sin electricidad ni agua, cuevas con forma de edificios que cobijan escondidos a los más desesperados, entrando en una espiral de degradación que anula la inversión realizada en su construcción. Tal vez la regulación de alojamientos provisionales de las casas vacías por familias desfavorecidas a cambio de vigilancia y mantenimiento, pudiese solucionar dos problemas y frenar la reciente recurrencia de estas situaciones al margen de la ley.
También muchos solares empiezan a ser históricos, fachadas tras las cuales años de vacío y una poderosa naturaleza empiezan a generar pequeñas selvas. Dolores Hayden, urbanista profesora de Yale acuñó el termino «Pocket Park» para definir pequeños parques temporales en vacíos urbanos capaces de cualificar zonas de gran densidad construida, y compensar carencias generales de equipamiento, evitando con ello la degradación asegurada por la perpetuación de estas «situaciones provisionales». Solares de casi el tamaño de la plaza de la Constitución siguen cumpliendo años y acumulando degradación en las calles Tejón y Rodríguez, Muro de las Catalinas, Gigantes, Granada o Camas... Son ya demasiados.
No queda más remedio que apartarse de la norma y empezar a plantearse como dijo Harold Laski en Los Peligros de la Obediencia, «los cauces por los que pueda fluir lo nuevo». Problemas nuevos requieren soluciones nuevas. Y desviarse de la norma empieza a ser una necesidad para afrontar con garantías la nueva generación de problemas urbanos y ser capaces de descubrir las oportunidades ocultas en sus reversos luminosos.

1 comentario:

  1. Hay políticos con ganas de hacer algo a estos problemas. pero las trabas de la oposición, los paraliza. mejor no hacer NADA.

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