jueves, 31 de enero de 2013

EL METROPOLITANO



La palabra metro aparece en el diccionario castellano de la RAE como «unidad de longitud del sistema internacional» y como «tren subterráneo». En inglés el significado de la palabra subway es más literal: camino-por-debajo. El metro, abreviatura de metropolitano, es un transporte ideado para las grandes ciudades, con el fin de conectar zonas distantes evitando que la congestión del tráfico en superficie cree, a su paso, barreras por la ciudad. Las líneas de transporte conectan distancias al precio de separar cercanías; cuanto mayor es la velocidad mejor conectan las distancias y también mejor separan las cercanías a ambos lados de su trazado.
Por lo general, las conversaciones que tienen como tema central de debate una obviedad y que no son capaces de encontrar el acuerdo de la lógica o el lógico acuerdo –según lo que se quiera primero– suele ser debido a que en el discurrir del asunto interfieren lógicas de segundo, tercer e incluso cuarto orden. Los equilibrios de los razonadores por exponer convincentemente sus lógicas preferidas envolviéndolas de otras más populares o de moda, suelen retardar la llegada de los necesarios acuerdos para seguir haciendo las cosas entre todos.
Tiene mérito defender un metro en superficie, por el esfuerzo semántico, y la evidencia de que en Málaga, un metro sobre la Alameda es una barrera urbana definitiva. A pesar de los ánimos afines al razonar, siempre aparece lo obvio para chafar las intenciones más empáticas: un metro sobre la Alameda es un golpe de katana urbano a lo Kill Bill. ¡Zas!, en dos. Tras un siglo de tráfico creciente, la Alameda aguanta a duras penas mientras se buscan soluciones urbanas para conectar los barrios de ambos lados de la congestión circulatoria. Soluciones para unir el Soho malagueño con el lado bueno de la ciudad al otro lado de las doce! vías de la Alameda. Sus actuales 400 metros valla deben convertirse en la plaza verde lineal que conecte barrios segregados de ciudad histórica. Y a esto, unas vías de tren en superficie, por muy tranvía moderno y sostenible que quieran contarlo, ayudan poco. Un barco no es un submarino económico que flota; por mucho que se insista. Eso creo yo.

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