jueves, 21 de marzo de 2013

TRASPLANTE DE ARQUITECTOS



Podríamos empezar diciendo: cuaderno de bitácora: año siete de la desaceleración económica y la diáspora profesional. 2013, séptimo año consecutivo. La prueba de que son muchos es la desaparición de los jóvenes arquitectos del panorama nacional. Empezaron siendo los recién titulados, quienes se trasplantaban buscando mejores países donde desarrollar de forma útil unas costosas capacidades adquiridas, y de paso sus vidas. A ellos les siguieron en cascada grupos cada vez más veteranos. En los primeros años de la involución española los destinos se encontraban dentro de la misma Europa. Alemania, Inglaterra, Austria o Suiza acogieron rápidamente a los arquitectos graduados en las universidades españolas, demostrando la alta valoración que se tiene de ellos.
Cierta saturación de las oficinas de arquitectura europeas ha obligado a las nuevas hornadas de arquitectos nacionales a buscar países cada vez más lejanos a los que trasplantarse: Chile, Brasil, Canadá, Qatar, o China en un derramamiento de talentos al extranjero que está descapitalizando España. Cuanto más lejos, más improbable su recuperación, porque las raíces de los arquitectos trasplantados se echarán allí y no aquí. Uno se pregunta si esta diáspora de profesionales cualificados españoles, con los arquitectos a la cabeza, no tendrá algo que ver con la inefable estrategia de la Naturaleza que protege y fomenta el mestizaje, valiéndose de estos ciclos económicos negativos tan prolongados.
El trasplante de órganos muestra la utilidad de partes menores de un organismo superior, que deja de precisar de ellos: voluntaria o fatalmente. Cuantos más órganos dejan un organismo, mayor es la probabilidad de que este organismo esté concluyendo o se acerque a su fin como había sido conocido. La incapacidad de un país para que sus ciudadanos crezcan en él útilmente es la manifestación máxima de la obsolescencia de sus planteamientos. Que no existan planes estratégicos para frenar este derramamiento profesional y el empobrecimiento que conllevará su ausencia futura es algo inaudito. Los ayuntamientos están perdiendo la oportunidad de crear oportunidades. Ante la escasez de iniciativas privadas, es a través de los proyectos públicos y de una participación abierta mediante concursos, como se pueden ampliar las posibilidades de permanencia de los arquitectos en sus ciudades. Y con ella, su calidad arquitectónica.

1 comentario:

  1. Yo sabia que aquel huevo que se rompía habia que cuidarlo.Hace falta una madre,la arquitectura ahora en ESPAÑA está huéfana de padre y madre.

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